El caso de Geraldine Fernández, la barranquillera que mintió sobre su participación en la película El niño y la garza, generó en las audiencias una fascinación mezclada con morbo. En redes digitales se vieron infinitos memes, comentarios de indignación y comparaciones con otras situaciones en las que la Costa nacional ha sido protagonista de engaños. Salieron a la luz nuevamente la historia del embarazo de trapos, la visita de Tarantino, el fantasma de Michael Jackson y el falso meteorito. En sólo un par de días, Geraldine Fernández alcanzó más fama que la que hubiera tenido si la historia de su vida no hubiera sido fabricada.
Los que se las dieron de serios orientaron las críticas a los medios de comunicación que, en su afán de publicar, le hicieron eco a una noticia falsa sin verificación. Pero, más allá de la negligencia periodística, este caso llama la atención por su doble fuerza: la apetecida narrativa de “el colombiano que la logra en el exterior” y la otra, al parecer,........