Si hubiese alguna especie alienígena criando humanos en este planeta tal vez podríamos aceptar, en aras de la conversación, que se hablara de la raza. Al fin y al cabo, seríamos un producto de su particular zootecnia, que habría puesto cuidado en favorecer tal o cual color de piel, estructura corporal, grado de churco o tamaño de nalga. Pero como hasta el momento nadie reclama la genialidad de producir humanos domésticos para adornar algo, acompañar abuelos o desarrollar ciertas tareas específicas como pastorear moluscos, hacer memes o gobernar gentes, ni modo: no aplica el concepto. Entre los humanos no hay razas, no se habla de razas, ni siquiera para hacer chistes irónicos o pretensiosamente reivindicativos. Somos una sola especie, producto de una evolución que nos resulta a veces más difícil de entender que el acto creativo de una divinidad, que, en tiempos de culpa, tuvo que volver a ser maternal, para perdonarnos lo imperdonable: ahí estamos, en el Día de la Madre Tierra…

Terrícolas

Terrícolas

Si hubiese alguna especie alienígena criando humanos en este planeta tal vez podríamos aceptar, en aras de la conversación, que se hablara de la raza. Al fin y al cabo, seríamos un producto de su particular zootecnia, que habría puesto cuidado en........

© El Espectador