Réquiem por el Santa Isabel |
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Nací y crecí en Manizales, y los nevados hacen parte de mi paisaje. Vivo feliz al pie de un volcán activo, con su fumarola imponente, y amo las montañas que ofrecen un espectáculo que muta a diario: si el cráter Arenas emana ceniza, el Cumanday se ve gris; si llueve mucho, los nevados amanecen cubiertos de nieve, y si el invierno es muy intenso, al Paramillo de Santa Rosa se le ponen blancos sus tres picos. Dicen que el nevado se esconde de los turistas, pero algunos logran postales inverosímiles: antes de las 6:00 p. m. con un atardecer entre naranja y rosado, los rayos cálidos colorean la nieve. Los manizaleños crecimos con esa imagen, pero todavía hoy sacamos el celular para tomar fotos y registrar ese milagro.........