Conservación del capital y crecimiento: una pareja incompatible

La paz mundial, los dónuts sin calorías y los políticos sensatos son ejemplos de quimeras. Como los planes de inversión que prometen un crecimiento similar al de la renta variable y, al mismo tiempo, la conservación del capital.

Invertir con buenos resultados exige unos objetivos y unas expectativas racionales. A corto plazo, el crecimiento y la preservación del capital no pueden coexistir, pero, a largo, ambas cosas pueden ser posibles si se logra el objetivo de crecimiento. ¿Confundido? Analicémoslo a continuación.

El concepto conservación del capital evoca seguridad. Ante el revuelo mediático en torno a los tipos de interés, la persistencia de la inflación en España, las guerras internacionales y las crispadas elecciones europeas y estadounidenses, limitarnos a conservar lo que tenemos parece prudente. Sin embargo, si la seguimos a rajatabla, esta estrategia no es la ideal para todo el mundo.

Ello implicaría que el valor de su cartera no puede caer jamás; es decir, supone erradicar por completo la volatilidad. Suena bien, pero nunca debe asociarse el término volatilidad con negatividad, ya que tan volátil es un alza del 1% como una caída de la misma magnitud. En el caso específico de la renta variable, las oscilaciones suelen ser más ascendentes que descendentes. Los retrocesos y las revalorizaciones van en tándem: uno no puede existir sin el otro.

Tomemos como referencia el índice........

© El Economista