ANÁLISIS CONCIENZUDO. Cuento Territorial

La expresión “análisis concienzudo” se invoca aquí para resaltar lo realizado en materia de investigación territorial: un esfuerzo pobre y desprovisto de rigor. Cada momento el actor descomedido afirma, para salvaguardar la impunidad, el previo análisis concienzudo para abortar el estudio y la razón.

El problema universal radica en la insatisfacción, que genera la dispersión deliberada del conocimiento y culmina en un decreto contundente. Tras un análisis concienzudo, se llega a la conclusión socrática: “solo sé que nada sé”. Imaginariamente superada esa insatisfacción, las cosas regresan al punto de partida, es decir, se botó corriente, y la anormal normalidad termina imperando. “Nadie sabe lo que yo sé” parece la expresión ahistórica del embustero cotidiano.

No se pretende ser empalagoso repitiendo lo obvio: queda demostrado que existe la razón pura o la imbecilidad deliberada, pero no es propio atribuírsela a la inteligencia. Ser primario es una cosa; ser perspicaz, es otra. Consciente o concienzudo no equivale a imbécil o testarudo. Esa diferencia solo se aprecia mediante el saber consecuente y coherente; de lo contrario, se cae en la bestialidad.

Antropológicamente, con plena evidencia, la jerarquía de la inteligencia se mide por la capacidad de pensar el próximo mañana, no el ilusorio futuro lejano de la virtualidad. La inteligencia artificial siempre dependerá del cerebro humano, incorporado como órgano director y formador del pensamiento, aun en la ficción.

La capacidad de pensar, acertadamente o no, se denomina conciencia humana; surge del consciente, a veces del inconsciente, siempre cerebral y asociada al individuo colectivizado que forma sociedad. Emerge así la conciencia social, mientras el pensamiento individual busca logros combinados entre no comunes. Su........

© El Diario