Siguen abiertos los narcopanteones |
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A la vuelta de un año, Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado ha logrado identificar a 75 de 89 cuerpos de víctimas sepultadas en narcopanteones del noroeste, entre El Willy de Casas Grandes y el municipio de Ascensión.
Por estas fechas en 2024, los agentes investigadores estatales, a raíz de datos aportados por algún informante de instancias de seguridad, dieron con el primer hallazgo de 11 fosas clandestinas, donde fueron localizados los restos de varias personas, algunas desaparecidas muchos años antes.
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Al paso de los días y por hechos relacionados con investigaciones y detenciones en las que participó también el Ejército, fueron localizadas otras fosas, 38 en total, en El Willy.
Así han transcurrido los 12 meses, pero basta rascar un poco la superficie para entender que la tragedia sigue abierta, incompleta y dolorosamente inconclusa, porque identificar cadáveres no es sinónimo de cerrar casos. Mucho menos de reparar.
Detrás de cada perfil genético, de cada nombre establecido, hay una ausencia que todavía no encuentra descanso. Hay cuerpos que siguen en resguardo, a la espera de algo tan elemental como la aparición de una familia que pueda reclamarles, despedirles, llorarles.
Esa es una vertiente de la tragedia. El propio titular de Servicios Periciales, Javier Sánchez Herrera, ha dicho que hay restos con coincidencias genéticas, pero sin familiares registrados en la base de datos. Es decir, personas que existen científicamente, pero que siguen siendo invisibles socialmente. Nadie las busca.
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¿Estamos ante........