Ayer escribí una columna cargada de sentimientos negativos, pues la misma la escribí desde la pesadumbre de saber que Miguel Uribe había fallecido.

Después de meditarlo un rato, di alcance al Diario y la cambié por este escrito. Este menos cargado y más desarmado.

No podemos nivelarnos por lo bajo con Gustavo Petro y su discurso.

Como dice un reconocido empresario de la ciudad: Hablemos desde el amor, desde el cariño. Gracias a Dios siempre tendremos posibilidades para hacer el bien.

Aquí el mensaje corregido:

Tras estos tres años de un gobierno que ha generado muchas emociones y desafíos para todos los colombianos, aún estamos en la búsqueda de un horizonte común. La invitación a “Unirnos los colombianos de bien” resuena en medio de una historia marcada por dificultades, pero también por la esperanza.

Es cierto que frases como “Declinemos las banderas del odio” o “reconciliémonos” suenan fáciles, pero su significado requiere de un compromiso real y diario, sobre todo cuando las heridas aún están abiertas y las diferencias, profundas. La polarización, la historia dolorosa y las decisiones que han dividido, no desaparecen con palabras. Pero sí, con acciones concretas y con la voluntad de escuchar y respetar........

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