ESCAMPAVIA.
“Crece, crece la audiencia”
Que el poder absoluto corrompe es una realidad que nadie discute, a ello será necesario agregar que cuando ese poder se ejerce sin control conduce a: la afectación del juicio, de la moral, de la estabilidad emocional del soberano.
Los síntomas del poder desmedido: Narcisismo, el egocentrismo, la distorsión de la percepción de la realidad, la sensación de superioridad, la desconexión de lo que ocurre en el entorno, suponer que se sus juicios superan las evidencias y las normas establecidas, las cuales para ellos no existen y hasta la crueldad que han ejercido muchos como: Nerón, Calígula, Hitler, Stalin, Vlad III de Valaquia, conocido como el Empalador o Vlad Draculea, o los intérpretes de los preceptos del ser supremo.
A lo anteriormente dicho habrá que agregar la manera como muchos empiezan a copiar sin discusión su forma de pensar, desaparece la crítica y es reemplazada por justificar sus acciones, por anti evidentes que ellas sean, o para sobrevivir o para beneficiarse, para vivir sabroso, o peor, para no admitir que se equivocaron al creer en quien, como culebrero, prometió lo que ni siquiera pensó en cumplir.
Los síntomas descritos no son ajenos a lo que está ocurriendo en Colombia, nuestro presidente viene cambiando, no solo de colaboradores, los que reemplaza como se cambia la ropa usada, no solo de compromisos, ya que los adquiridos en la campaña, por la cual votaron quienes lo eligieron, quienes lo hicieron por lo que prometió y no solo por quien ahora piensa que le entregaron la patria para que de ella hiciera cuante se le ocurriera, sino por algo diferente, por un cambio que se resumía en su plataforma inscrita, de la cual, como dice la ranchera, solo nos queda el chisquete, y su deliro de señor.
Petro dedica su tiempo a convertirse en un nuevo redentor de la humanidad, un abogado de causas ajenas y de paso olvida a........





















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