Ifigenia y la presidenta

La ceremonia de asunción del poder de Claudia Sheinbaum estuvo llena de símbolos. Más que otras que le antecedieron. Quizá ni la misma toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador tuvo esa fuerza simbólica que se vio en esa mañana del martes primero de octubre. La primera mujer presidenta en la historia de México tomaba formalmente las riendas de la cosa pública. Desde momentos antes, el recinto de la Cámara de Diputados vibraba. Antes que Sheinbaum, arribaba el hombre que cambió la historia reciente de este país. Por instantes, parecía que López Obrador no se iba. Era tanta la efusión que se le manifestaba al hoy expresidente, que la concentración de las vibras parecía contradecir el acto protocolario republicano. En ese momento previo, los legisladores chihuahuenses hacían todo lo posible para entablar la última charla con López Obrador, todavía presidente. El senador Juan Carlos Loera de la Rosa, la diputada Lilia Aguilar, a cuadro, en el gran escaparate que ello representaba. Sin faltar, por supuesto, la “selfie” del adiós.

Cuando Claudia........

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