Weil y Han (2) |
Iván Tabares Marín
El motivo por el cual inicié la reseña del nuevo libro de Byung-Chul Han con el concepto de la inexistencia del sujeto o del yo es sencillo: allí está la clave del libro. Una cita de Simone Weil, que encabeza el capítulo Descreación, resume su pensamiento: “Dios mío, concédeme que me convierta en nada”. La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, se cree representante de los “nadie” como sinónimo de los discriminados y olvidados por nuestra sociedad. En el contexto utilizado por Simone y Han, el sentido es completamente distinto: tenemos que convertirnos en nada porque nada somos; no hay sujeto, el yo es una ficción o un algoritmo.
“Descreación: es hacer que lo creado pase a lo increado”, explica Han y agrega: “Si nosotros, como criaturas surgidas del amor de Dios, nos descreamos, es decir, renunciamos al yo y nos transformamos en nada, estamos participando en la potencia absoluta de Dios”. Además, “otra de las razones estructurales de la crisis de la religión, más allá del declive de la atención, es el fortalecimiento del yo” o lo que se llama la autenticidad, tema obsesivo del padre Linero en Blu Radio todos los días y de millares de influenciadores en las redes sociales. “El ruidoso yo mantiene a Dios alejado de nosotros”.
Para entender mejor el texto de Han es conveniente comprender la relación o diferencia entre “gravedad” y gracia, en los escritos de Weil, y los conceptos de “gravedad” y “la........