Un loco anda suelto

Iván Tabares Marín

Algunas personas prefieren la expresión “orate”, que muchos ciudadanos no comprenden, y por eso es mejor usar la palabra “loco”. Le solicité a la IA un ensayo breve sobre el tema de “Los enfermos mentales graves en la política” y, en resumen, terminó hablando de la importancia de que estos pacientes participen en política, mediante un tratamiento especializado, para evitar su discriminación. Una IA mamerta, seguramente.

Nada dijo de los peligros implicados cuando estos enfermos lleguen al poder sin tratamiento psiquiátrico porque no fueron diagnosticados o cuando la Constitución Nacional no establece un examen de rutina para los gobernantes. La historia está llena de casos terribles desde Nerón, José Fouché, Hitler, Stalin (ídolo de Gustavo Petro), Nicolás Maduro (aunque a veces parece un retardado mental) y muchos más.

Contamos con una ayuda para analizar nuestro caso porque el loco escribió su vida que, como todas las autobiografías, es su confesión o su historia clínica. Nuestro loco es un paranoico que se cree iluminado por los dioses: “Nunca olvidaré ese momento. Allí (…) tuve una epifanía. Yo no soy ni he sido un practicante; creo en la energía, en la luz que recorre todo el universo, pero en el instante se me vino a la mente (sic) una reflexión profunda (…) Pedí la fuerza para no fallarles a la paz, a nuestro pueblo, a la lucha por la justicia social”.

Aunque no cree en Dios, está convencido de que Él lo escogió para salvar a la humanidad,........

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