UNA LÁSTIMA

Reconociendo, sincera e imperativamente, sentirse bajo la influencia de la época, del momento, discurrimos a través de un calendario pletórico de circunstancias, de acontecimientos, dentro de los cuales aparecen como figuras, sombras, movimientos fantasmagóricos, ilusiones, eventos de la magnitud, el sobresalto, compaginados con méritos olvidados o desechados, cualidades innatas mutiladas o recortadas, todas llenas de nostalgia, descortesía, indiferencia. Luces, cánticos, reuniones, festejos, toda una serie de sucesos involucrados en una conmiseración temporal, desapercibidos, a manera de un llamado de atención, de recapacitar acerca de actuaciones, de hábitos saturados de remordimientos, mea culpas incitando a las excusas, al perdón, dispensando por doquier, aceptando talentos, eficacias, en otrora ignoradas, desconocidas. Es entonces el resurgimiento de la cadena de comportamientos apenas explicable, en razón a la llegada de la memorable, curtida fecha de aconteceres plasmados en risas, abrazos, mensajes de expresivas manifestaciones, invitando a la paz, a la concordia. Este es un cuadro matizado de historia común y corriente en el devenir del ser humano, en el conducirse de culturas milenarias o actuales, donde lo consuetudinario, el obrar ancestral, ocupan un lugar privilegiado, dando paso a la cordura, a la comprensión inusual, a la cordialidad espontánea, franca, atendible,........

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