Reflexiones en torno a la nueva reforma educativa inglesa

Por estos días, la reciente reforma curricular inglesa ha despertado un inusitado interés entre los estudiosos de nuestra praxis educativa, muchos de ellos alejados de fanfarrias didacticistas y fastidiosos shows pedagógicos. Los avances científico–tecnológicos actuales demuestran que los sistemas educativos tradicionales tienen sus días contados. La reforma educativa británica reduce el número de exámenes y estimula el aprendizaje práctico con asignaturas tales como inteligencia artificial, alfabetización mediática y educación financiera. A través de ella se busca “revitalizar el aprendizaje” sin abandonar las bases sobre los que descansa su sistema académico: idiomas, matemáticas y lectura. Los estudiantes, de esta forma, aprenden a administrar empresas, eco–gestionar redes y negocios, tomar decisiones gerenciales e implementar modelos de seguridad informática.

Los estudiantes, al tener una mayor conectividad con la vida cotidiana y los desafíos socioculturales actuales, aprenderán a resolver conflictos, tramitar y elaborar hipotecas y presupuestos y detectar virus informáticos, hackers y fakes news. Se elimina el “English Baccalaureate” (EBacc), certificación que “restringe la elección asignatural y reduce la diversidad académica”. Se ofrecerá un abanico de disciplinas académicas que incluirá un pensum artístico y musical. La educación financiera se integrará a las matemáticas; la educación cívica será obligatoria desde los primeros años escolares; se implementarán tres asignaturas de ciencias. El plan de estudios hará énfasis en alfabetización digital y mediática y el impacto ético de la inteligencia artificial; Se enfatizará en competencias ciudadanas y humanistas, pensamiento crítico, lecto–escrituralidad y comunicación oral…

Se........

© El Diario