A menos de 5 meses de las elecciones para el Congreso de la República el panorama en el departamento de Risaralda parece estar claro y definido. Las colectividades políticas aprendieron la lección de los anteriores comicios en los que solo dos partidos superaron el umbral —cercano a los 42.000 votos— y se quedaron por lo tanto con las cuatro curules en juego, dos para los liberales y dos para los verdes. Ni la U, ni el Mira, ni los conservadores, ni el Centro Democrático lograron superar la vara y se quedaron por fuera de la repartición.

Ahora las cosas serán a otro precio. El partido de la U armó su lista tempraneramente, antes que todos los demás, en una demostración de fortaleza amparada en el músculo que les brinda tener la alcaldía de Pereira. La historia ha demostrado, en nuestra débil democracia, que una nueva maquinaria municipal saca una curul en el Senado y otra en la Cámara de Representantes. Pasó con Juan Manuel y Rivera, con Israel y Soto, con Maya y Gallo y seguramente pasará con Salazar y su cónyuge. La lista para la Cámara es fuerte y contundente; Juliana Enciso es la carta más sólida con una impresionante historia electoral reciente en la que obtuvo 96.000 votos en su carrera por la gobernación del departamento y la suerte, que también juega su papel, se inclina de su lado al obtener el primer renglón en esa lista, circunstancia que suele ser beneficiosa a la hora de los votos. Dos circunstancias adicionales la hacen la candidata más robusta: el partido conservador, su nicho histórico, no presentará lista a la Cámara lo que le permitirá a Enciso captar gran parte de la votación de ese partido y su distanciamiento del apellido Merheg la privará de la imagen negativa que podría heredar de esa casa. Y agreguémosle el........

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