Ciudad de México.- El cuento que abre hoy el telón de esta columna es sicalíptico. Personas de moral estricta, absténgase de su lectura. Un tráiler venía cargado con más de 40 toneladas. Excedía, por supuesto, el límite legal, pero en este país todo se puede arreglar porque todo está desarreglado. Al llegar a una cuesta descendente el chofer del pesadísimo camión se percató con asombro de que una pareja estaba haciendo el amor en pleno centro de la carretera. Si los desatentados amantes no se quitaban de ahí seguramente los aplastaría. Hizo sonar su sonoroso claxon varias veces pero el hombre y la mujer parecieron no oírlo: siguieron en los meneos de su agitado in and out. Reuniendo todas sus fuerzas el conductor aplicó en los últimos segundos los poderosos frenos ABS de su enorme vehículo, y el tráiler se detuvo a unos cuantos centímetros de los desaprensivos folladores. Se levantaron ellos tranquilamente de su incómodo tálamo de asfalto y se arreglaron la ropa, imperturbables, pues habían terminado ya su pasional afán. "¿Están ustedes locos? -prorrumpió el trailero, indignado-. ¿Qué es eso de hacer el amor en medio de la carretera? ¿Se trata de una apuesta, o es alguna forma de........