En mi comienza el cambio |
Ciudad de México.- Difícil fue el año que se va. Más difícil aún, dicen los vaticinadores, será el año que viene. Y sin embargo, pese a todos los males que sufrimos, aquí estamos. Seguimos vivitos y coleando. Por encima de la azarosa política y la precaria economía de la República los mexicanos jamás perdemos el gozo de vivir, y disfrutamos plenamente los sencillos placeres que derivan del trato familiar y los amigos. Celebramos las fiestas de Navidad y Año Nuevo como si estuviéramos en Jauja. Y es que la verdadera riqueza no consiste en tener mucho dinero, sino en tener pocas necesidades qué satisfacer. A eso se le llama templanza, virtud cardinal muy olvidada que nos permite estar contentos, es decir, contenidos en un límite sano, en esa aurea mediocritas que los latinos postulaban. No es la tal aurea mediocritas -según mediocre traducción- una dorada mediocridad aceptada con resignación, sino un sabio justo medio que nos aleja lo mismo del dispendio que de la avaricia, y que nos pone en armonía con los demás y con nosotros mismos. Así pues, nada de pesimismos, y temores; nada de augurios catastróficos. Tenemos vida, y ésa es la base de todo. Sigamos adelante sin dejarnos vencer........