Inventario |
Sara Fernández
Lo normal no es que los partidos se hundan en medio de una gran catástrofe. En España hemos visto ocurrirle eso a UCD, a Ciudadanos, a Podemos… pero lo más frecuente es ver como se hunden lenta, parsimoniosamente. Como un gran paquebote, mientras la tripulación y el capitán insisten en asegurar que el barco está a flote y el CIS hace como la orquesta del Titanic: tocar para que la gente estñe tranquila, mientras la tripulación se descuelga por la banda de babor con disimulo. ¿Es una versión distinta de la que usted conocía del hundimiento del Titanic? Pues sí. Pero es que ni Pedro es Leonardo, ni la actriz que interpretó a Rose DeWitt, una espléndida Kate Winslet, se asemeja ni de lejos a Leire Díez.
En esta versión del hundimiento del PSOE, sepultado bajo el peso de sus propias explicaciones, no es un solo iceberg el responsable de la catástrofe, sino una acumulación tan densa de hielos polares que ya no admite ni disculpas ni coartadas.
El núcleo central de lo que está ocurriendo es sin duda el caso Koldo, ese titán ejemplo para la militancia, que ya dejó de ser un dealer de mascarillas a bajo precio, vendidas a lo que se pudiera para enriquecer a socios y colegas, y se ha convertido en radiografía del sanchismo: Alguien que no es nadie pero está en todos lados, en........