Murgueros y políticos, en el segundo partido solidarios que protagonizan de la mano de Diablos Locos. / Jean Carlo Hernández
Al parecer desde hace tres años se celebra, cada Navidad, un partido de fútbol entre murgueros y políticos o viceversa con el fútil pretexto de reunir juguetes para niños con familias pobres o misérrimas. Cualquier persona malvada pensaría, sin embargo, que se trata de una pequeña acción promocional en la que se apoyan mutuamente los que se visten de payasos en carnavales y los que intentan no confundirse con ellos –a menudo inútilmente– durante el resto del año. Por supuesto, salvo en algún que otro caso, la mayoría no conocen ni los rudimentos del juego y –al margen de su alineación original– hacen el payaso. Puede disfrutar en un vídeo a algún ilustrísimo señor que corría a saltitos y parecía al borde de un infarto. No se tropezó con el balón jamás. No puede descartarse, incluso, que ignorara que el juego incluyera un balón.
A mí lo que me asombra es descubrir en estas competiciones a........