El poder político se lo busca para gobernar, para emprendimientos que favorezcan a una nación o a un pueblo. Se lo pide a la ciudadanía cuando existen ideas claras, cuando se puede demostrar que esos pensamientos se deben ejecutar para el progreso de la comunicad. Si no existen proyectos concretos, palpables, pedir poder al pueblo no tiene sentido, es una desconsideración y un abuso que se repite permanentemente en nuestro medio.
Esto viene a cuento debido a que vivimos en un país exacerbado de bronca ante tanta inutilidad y tanto desastre. Bolivia no solo está ardiendo con fuego real en sus pampas y montes del oriente que todo lo está devorando, sino que está agotando el esfuerzo de sus hombres y mujeres que, luego de luchar contra las llamas para salvar lo poco que tienen, están siendo vencidos por la desesperanza ante una impotencia clara de las autoridades para garantizar una vida normal.
En estas circunstancias tan difíciles, cuando por fin se le ocurre al Gobierno decretar la emergencia........