Integración: De esquemas rígidos a redes flexibles |
Durante décadas la integración regional se entendió como un mecanismo de aproximación política y económica que buscaba reproducir modelos nacidos en Europa; era una construcción institucional pesada y con procedimientos lentos. Aquellos esquemas cumplieron un papel relevante en momentos de estabilidad, aunque hoy muestran signos de fatiga; en estos tiempos, el mundo se mueve con mayor velocidad que sus burocracias y los intereses nacionales se han vuelto más dinámicos que las estructuras que pretendían contenerlos. ¡Es necesario mirar otras posibilidades!
En este escenario, la Comunidad Andina de Naciones se presenta para Bolivia como el ejemplo más nítido de integración funcional; es el bloque sudamericano con mayor estabilidad normativa, tribunales operativos y una Secretaría General que trabaja con una técnica apreciable. El comercio intracomunitario ha crecido de manera sostenida, la movilidad laboral andina es uno de sus mayores logros y la modernización del transporte y las aduanas abrió oportunidades reales para la producción boliviana. Pocas veces un esquema regional ofreció a Bolivia un espacio tan fértil para insertarse en cadenas de valor y armonizar su legislación con estándares modernos; la CAN, silenciosa pero constante, demuestra que la integración puede ser eficaz cuando descansa en reglas claras, instituciones sobrias y un sentido práctico del interés común.
El MERCOSUR, por su parte, representa un atractivo evidente por su peso económico y su mercado ampliado;........