Dejando atrás el modelo fracasado y empobrecedor

Las crisis económicas se enfrentan con coraje, con decisiones políticas que no siempre son del agrado de alguna gente, pero quien tiene visión de estado, quien quiere gobernar no solo para su gestión, sino para dejar huella profunda en las próximas generaciones, necesita valentía y determinación. Solo así los países salen adelante mediante una reducción drástica de gastos, diversificación de sus fuentes de ingresos, gestión eficiente de deuda, creación de medidas sociales que protejan a los más vulnerables a través de fondos de emergencias o bonos que palien su situación.


Bolivia ha vivido, en los años de gobierno del MAS, inicialmente una bonanza económica que heredaron de los contratos de venta de gas a Argentina y Brasil que se trabajaron durante décadas en los gobiernos “neoliberales”, a los que satanizaron; esa bonanza se acabó por la irresponsabilidad en el manejo de la cosa pública, el despilfarro en inversiones absurdas, la monumental corrupción que la sociedad empieza a conocer, las extravagancias que se daban sus líderes, construyéndose museos, canchitas sintéticas, aeropuertos exclusivos para exportar cocaína y toda una serie de medidas estúpidas y absurdas que terminaron con inviabilizar al país en lo económico y en lo político.


La conclusión de este ciclo es el gobierno de Arce, que insistió tozudamente en un “modelo” fracasado, absurdo, premoderno y corrupto, de mayor presencia del estado en la economía, industrialización y otras payasadas que no han........

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