Los países no tienen amigos, tienen intereses

La durísima frase “los países no tienen amigos, tienen intereses”, acuñada hace dos siglos y atribuida al estadista británico Lord Palmerston, da cuenta de que en la política internacional priman las razones económicas antes que las “amistades declaradas”, por eso las alianzas cambian en función de los beneficios que un país busca para sí.


El hecho que la China comunista haga buenos negocios con su adversario ideológico, el gran capitalista Estados Unidos de América (EE.UU.), es un gran ejemplo; como también lo es el hecho que la República Socialista de Vietnam, dejando atrás una pasada guerra, tiene en los EE.UU. a su principal mercado de exportación; más cerquita de nosotros, está la libertaria Argentina, cuyo actual presidente, siendo candidato, juraba que “no haría nada con la China comunista”, por ser él liberal, pero hoy anda en amores con ella por razones financieras y comerciales, sin olvidar que Milei dijo también que “el Papa es el representante del maligno en la tierra”, pese a lo cual, lo visitó en el Vaticano dos veces ya; finalmente, está el hecho que Cuba importa alimentos, medicinas y bienes humanitarios desde los EE.UU. pese a su retórica antiimperialista…


Ahora, veamos qué pasa con Bolivia. Todo parece indicar que con el nuevo ciclo político iniciado el 8 de noviembre de 2025, una diplomacia profesional y pragmática, con el canciller Fernando Aramayo Carrasco a la cabeza, podría traer buenos resultados al país a través del comercio de bienes y servicios. Señales de ello son: el retiro del requisito de visa a ciudadanos........

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