¿Tu aprendizaje tiene fecha de vencimiento? |
Por Alberto A. Salamanca Kacic
El ritmo acelerado del cambio en el siglo XXI es implacable y, en Bolivia, este desafío global no es una abstracción: se refleja en la tensión constante entre una economía anclada en los recursos naturales y la necesidad urgente de diversificar hacia servicios y tecnología. Este giro, sin embargo, no puede depender únicamente de la educación formal, cuyos ciclos largos no logran responder con la agilidad que exige un mundo digital y globalizado. El conocimiento que sirvió a un modelo extractivo ya no es suficiente para competir en la nueva economía.
En este contexto, la educación continua –entendida como el conjunto de procesos de formación y aprendizaje que las personas realizan después de haber concluido la educación formal, con el propósito de actualizar, ampliar o adquirir nuevas competencias a lo largo de su vida– deja de ser un complemento para convertirse en la principal estrategia nacional que garantiza la soberanía económica y la cohesión social.
Este artículo explora tres dimensiones clave de su impacto........