Vamos despacio, que tengo prisa

El título hace alusión a un viejo refrán español. Como toda sabiduría popular, el dicho trata de simplificar una realidad que se replica en muchos escenarios y aconseja hacer las cosas con calma y cuidado, incluso si hay prisa; porque apresurarse solo lleva a cometer errores y perder más tiempo. Un segundo dicho, como anillo al dedo, permite redireccionar el refrán inicial para describir la truculenta y caótica carrera por seleccionar los candidatos a vocales del Tribunal Supremo Electoral.


Solo mencionar los números ya provoca mareo. La convocatoria se lanzó el 4 de diciembre. En apenas 16 días han evaluado a 440 candidatos bajo dos parámetros. El primero, más formal, consistía en la revisión de los documentos solicitados por la convocatoria. El segundo, solo con aquellos que pasaron el primer corte, debía valorar las cualidades personales y profesionales de los 364 postulantes en carrera.


77 de estos postulantes han superado la valoración de 90 puntos sobre 100. Y, sorprendentemente, dos de ellos obtuvieron la máxima puntuación. Enunciado de esta manera, sería una gran señal para el país saber que........

© El Deber