Navidad, un llamado a volver a lo esencial |
La Navidad vuelve cada año como una pausa necesaria en medio del ruido, la urgencia y el estrés. No es solo una fecha marcada en el calendario ni una costumbre heredada; es una celebración de contenido profundamente religioso en un país donde una parte significativa de la población profesa la fe católica. Más allá de porcentajes, lo relevante es el sistema de valores que esa tradición propone y que debería orientar la conducta social.
“No robar”, “no mentir”, “no engañar” no tendrían que ser eslóganes de temporada ni virtudes raras, sino hábitos cotidianos. Y, sin embargo, en la vida pública y privada esas reglas elementales parecen haberse puesto en oferta. La trampa se normaliza, la mentira se premia, el abuso se disfraza de viveza. La Navidad incomoda porque recuerda que la decencia no es ingenuidad; es cimiento.
También es un tiempo de reconciliación. Bolivia llega a estas fiestas políticamente polarizada y socialmente fragmentada, con familias y amistades partidas por la sospecha y el resentimiento. El cambio de régimen político es un paso importante, pero no basta si........