Un debate para que no te vayas a colgar un cuadro. / E.P.
A las tres de la tarde de un jueves, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) organizó un debate con cinco de los principales candidatos a presidir la Comisión Europea (los dos partidos de ultraderecha rechazaron la asistencia). Aunque la hora no parecía la más propicia para agendar tal cita, algunas pequeñas innovaciones en el formato tradicional en el debate electoral televisivo lo hicieron algo más llevadero. Anoto a continuación algunos detalles por si a alguien de por aquí le da una idea…
El Parlamento Europeo fue el escenario del debate. Los candidatos no estaban ya en sus atriles. Eran llamados por su nombre, entraban en el escenario y se colocaban en su atril. Saludaban levantando y agitando la mano mientras el público asistente aplaudía. La entrada de los candidatos como estrellas era simpática y aligeraba las regias y cansinas formas políticas.
Entre el público asistente, votantes primerizos que tuvieron la oportunidad de interpelar a los candidatos (entre ellos, unas creadoras de contenido polacas). A través de la gigantesca pantalla de fondo, conectaban con votantes potenciales de........