Septiembre, en cuatro actos

Image de archivo de la terraza de un bar. / EFE

1.- No hay manera, con septiembre: uno empieza a desearlo a mitad de agosto, sobre todo para dejar de tomar tintos con casera compulsivamente. En verano uno se deja ir, y de qué manera: comes de más, no vas al cine, te entran (¡más!) ganas de separarte de tu pareja, tus hijos se burlan de tus bañadores, no haces ni caso de las noticias... El verano es tan pegajoso que uno idealiza la llegada de un septiembre purificador con olor a vendimia. Pero llega septiembre y los estrenos en los cines no valen un pimiento, efectivamente tu mujer se separa de tí, tus hijos no te hacen ni puñetero caso y el mundo sigue con las mismas guerras. Y (cómo no) echas (mucho) de menos los tintos de verano.

2.- Esta semana fue la sesión de control del gobierno........

© El Correo de Andalucía