El pesebre desaparecerá este año del espacio público de Barcelona. El tradicional belén que se montaba en la Plaza Sant Jaume, con el Ayuntamiento a un lado y la Generalitat al otro, dará paso a una estrella de veinte puntas bautizada como 'Origen' que simbolizará la gran explosión que dio origen al universo, el Big Bang.
Se esfuma así uno de los debates recurrentes de la capital catalana por estas fechas, consistente en alabar o criticar el pesebre que cada año proponía el Ayuntamiento.
A decir verdad, la decisión de aniquilarlo cambia poco las cosas. Hace ya muchos años que lo más normal venía siendo que el belén adquiriera un carácter cada vez más conceptual y metafórico. En realidad desde hace más de una década lo que se plantaba en la plaza podía ser cualquier cosa menos un pesebre. Era ya habitual que el pesebre sirviese únicamente para rendir pleitesía a la agenda política del momento. Cuanto menos se pareciera a un belén navideño mucho mejor, no fuera el caso que su visión traumatizase a un ateo, a un agnóstico o a un practicante de cualquier otra religión. El pesebre de Barcelona que ahora se pierde no era ya más que una extensión de la asignatura de educación en valores políticos de determinado signo.
Lo que se hace este año es sólo dar un paso más: expulsarlo definitivamente de la plaza pública y sustituir su simbolismo por otro que no plantee dudas sobre la laicidad municipal. Nada nuevo. La guerra al pesebre por parte de la izquierda es persistente. Son incontables las escuelas, particularmente públicas, que en Cataluña hace muchos años decidieron apuntarse a la moda de sustituir el pesebre por “poblados de invierno”.
TE PUEDE INTERESAR Estos dos hombres te explican por qué invierten 10 meses en montar el belén más esperado de Madrid Guillermo MartínezDel pesebre, al que vive empachado de ideología, le molesta todo. Que sea un símbolo religioso cristiano, que remita a una tradición ya milenaria, que represente la alegría de un nacimiento, que los padres estén representados por un hombre y una mujer. También que los pastores rebosen de felicidad a pesar de su miseria y no estén pensando en la revolución o la intromisión monárquica con los tres reyes venidos de oriente. Pero sobre todo que actúe como una herramienta pedagógica y educativa para los más pequeños, fijando en ellos, ciudadanos del futuro, una visión arcaica, retrógrada y conservadora de los roles sociales.
Algo hay de ironía en el párrafo anterior, pero no mucha. En realidad, estas chorradas........