A estas alturas, habría que ser un caído del palto para pensar que el Gobierno y el Congreso van a cambiar en algo. Solo veremos cambios “estratégicos” (es decir, por conveniencia) en la medida en que necesiten girar para enfrentar posibles movimientos en “la calle” o “la carretera”, o cuando se acerque el período electoral.
La ausencia de pesos y contrapesos entre Ejecutivo y Congreso ha propiciado pactos pro impunidad, ilegalidad, antiinstitucionalidad, así como la normalización de la indolencia y la frivolidad. Tremenda combinación no puede pasar desapercibida por mucho tiempo.
No recuerdo haber tenido una clase política (incluyo a jueces y fiscales) de esta calaña en un buen tiempo. No........