Es tal la inercia política del presente que mirar las probabilidades del futuro es un ejercicio cada vez más cotidiano. La futurología electoral del 2026 empieza a instalarse porque la fecha se acerca y lo que tenemos hoy al frente deprime.
Entonces, pensar en el futuro es una herramienta para proyectar algo de esperanza (entre los más creyentes) o simples cambios positivos. No digo que lo que venga será necesariamente mejor, pero, al menos, hay chances de que ello ocurra.
Como mencioné antes en este espacio, cuando veamos el próximo flash, deberíamos prestarle tanta o más atención al resultado de la elección congresal que a los de la presidencial. Esto, porque si algo ha quedado claro en los últimos años es que un presidente sin mayoría es una figura que tiene muy pocos espacios para emprender reformas serias. Puede destruir (el ejemplo de Pedro Castillo es manifiesto), pero no construir (nada positivo al menos).
Pero, pese al poder del........