8 y 2

8 y 2

5 y 9

5 y 9

4 y 6

4 y 6

3 y 0

3 y 0

no

no

no

no

7 y 1

7 y 1

Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es

Con más cicatrices en el cuerpo que un veterano del Vietnam, apenas me asustan 25 minutos de quirófano para implantar un chip del tamaño de una moneda de 20 céntimos de euro en el cerebro. Cierto es que no hay otra zona del cuerpo más sensible y que cualquier contratiempo en la sala de máquinas puede dejarnos babeando de por vida, pero si mi vida en plenitud dependiera de ello no dudaría en meterme en faena.

Como habrán deducido vamos con la penúltima ocurrencia del magnate Elon Musk, el primer implante de uno de sus chips en un cerebro humano. Tres años después de que el fundador de Tesla y dueño de X mostrara al mundo a un mono jugando telepáticamente al Pong, gracias al microchip de su empresa Neuralink, un antecedente poco halagüeño, ahora se ha anunciado este avance en humanos, lo que ha desatado un sinfín de opiniones y servido la polémica sobre el posible control de millones de cerebros por parte de las grandes corporaciones dedicadas a estos chips prodigiosos.

A estas alturas ya habrán leído o escuchado todo lo referente al implante, compuesto de 64 hilos flexibles en total y más delgados que un cabello humano, y que portan en su interior 1.024 electrodos que recogen la actividad cerebral. Todo ello tejido por una «máquina de coser» bautizada como R1, que une estos hilos al cerebro. No abundaremos en un asunto sobre el que está casi todo escrito. Ni qué decir tiene que estos implantes, el de Musk no es el primero, podrían en el futuro tratar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, la ELA, la parálisis, la ceguera o la recuperación cerebral tras sufrir un ictus, por ejemplo.

Les aseguro que si a mi primo Alejandro, que lleva sus 52 años de vida postrado en una silla de ruedas por culpa de los daños sufridos por la mala utilización de un fórceps al nacer le pudieran reconectar el cerebro como Dios manda con uno de esos chips, yo mismo le llevaría al quirófano en brazos. Así que pocas tonterías con la utilización quirúrgica de estos avances.

Ahora bien, si para lo que van a servir estos implantes es para crear humanoides capaces de acceder de forma instantánea a todo el conocimiento y de maximizar sus funciones cerebrales, con el riesgo de que la humanidad se divida entre los “homos sapiens” de siempre y la nueva especie de “ciber-hombres” quizá deberíamos plantearnos el asunto.

Más aún con los riesgos que se derivan de que nuestro cerebro esté directamente conectado a una red sobre la que no tenemos control alguno, cada día más viciada por piratas e inteligencias artificiales descontroladas o no, capaces de ordenar nuestra propia aniquilación para que la ejecutemos nosotros mismos.

Como tampoco se trata de ponernos apocalípticos ni de montarnos un “Blade Runner” actualizado, quedémonos con la parte positiva que abren estos implantes cerebrales y confiemos en que a nadie se le ocurra jugar a crear Terminators de carne y hueso ni a cruzar una frontera moral que no traerá nada bueno, con ciudadanos-usuarios capaces de evolucionar con actualizaciones diseñadas por quienes juegan a ser Dios y los que preferimos dejar volar nuestro cerebro. Tontos o no, pero libres.

La necesidad de que los gobernantes se ajusten de manera...

En tiempos de sequía, de más escritores que lectores, ojalá...

Ahora que arranca 2024, el gobierno debe ajustar las clavijas...

¿Será que al presidente se le olvida que en noviembre del...

La necesidad de que los gobernantes se ajusten de manera...

En tiempos de sequía, de más escritores que lectores, ojalá...

Ahora que arranca 2024, el gobierno debe ajustar las clavijas...

¿Será que al presidente se le olvida que en noviembre del...

Hoy, mientras las montañas del país se encuentran rodeadas...

QOSHE - ¿Ciber-hombres o librepensadores? - Humberto Montero
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

¿Ciber-hombres o librepensadores?

8 1
02.02.2024

8 y 2

8 y 2

5 y 9

5 y 9

4 y 6

4 y 6

3 y 0

3 y 0

no

no

no

no

7 y 1

7 y 1

Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es

Con más cicatrices en el cuerpo que un veterano del Vietnam, apenas me asustan 25 minutos de quirófano para implantar un chip del tamaño de una moneda de 20 céntimos de euro en el cerebro. Cierto es que no hay otra zona del cuerpo más sensible y que cualquier contratiempo en la sala de máquinas puede dejarnos babeando de por vida, pero si mi vida en plenitud dependiera de ello no dudaría en meterme en faena.

Como habrán deducido vamos con la penúltima ocurrencia del magnate Elon Musk, el primer implante de uno de sus chips en un cerebro humano. Tres años después de que el fundador de Tesla y dueño de X mostrara al mundo a un mono jugando telepáticamente al Pong, gracias al microchip de su empresa Neuralink, un antecedente poco halagüeño, ahora se ha anunciado este avance en humanos,........

© El Colombiano


Get it on Google Play