El orgullo de ser atacado

No miento ni un ápice cuando afirmo que mi primera reacción al ser atacado… fue de orgullo. Por supuesto, sí me asquearon las mentiras, las bajezas y el lenguaje de desprecio de quienes escribieron contra mí, por haber denunciado los fraudes y la intención anticubana de El Toque, pero eso solo confirma que hice bien.

Ya los expertos se han encargado de probar que el sitio web de marras, tiene el propósito de sabotear nuestra ya debilitada economía y el bolsillo del ciudadano común. Incluso su máximo representante, una vez descubierto, reconoció la pretensión de derrocar al gobierno.

Insisto una vez más en que la susodicha paginilla no es la culpable de todas nuestras fragilidades y carencias. Se deben, principalmente, al bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba, e influyen además, falencias internas. Su papel radica en hundir el dedo en la llaga, con inescrupulosa alevosía.

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