El Señor de Notre Dame de París

En Abril de 2019, un pavoroso incendio en Notre Dame, la catedral católica más emblemática de Europa, encogió el alma de los parisinos y de millones de ciudadanos del mundo que, creyentes o no, contemplábamos impávidos como el fuego devoraba el templo que representa uno de los símbolos más preciados y significativos de las raíces cristianas de nuestra cultura europea.

Haber tenido el privilegio de asistir, hace ya unos cuantos años, a una ceremonia eucarística entre aquellas milenarias piedras y sentirte envuelto por la grandiosidad de su entorno espiritual e histórico, te produce una extraña sensación agridulce al contemplar el resultado de la restauración y reformas que han sido presentadas al mundo en una ceremonia que, como la de clausura de los Juegos Olímpicos en el mes de Agosto, no ha estado exenta de algunas polémicas y controversias. Aun admitiendo que tras la reapertura oficial, la auténtica ceremonia religiosa se inauguró con la celebración de la primera Santa Misa después de cinco años desde el incendio y ante más de 2500 invitados, me permito hacer unas consideraciones personales para mis lectores........

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