Dios cuida |
En el contexto de las comidas con los fariseos y los publicanos nos encontramos, de nuevo, con una parábola de Jesús que tiene como escenario unos grandes y copiosos banquetes. En este caso, la enseñanza se dirige a los fariseos y, por lo tanto, a todos nosotros, en cuanto al riesgo que nos amenaza de dejar endurecer el corazón.
Los protagonistas son un hombre rico y un mendigo sentado a su puerta. Del primero, no se nos dice ningún nombre; tan solo que se viste de púrpura y lino, signos respectivos del poder secular y del religioso, y que banqueteaba “cada día”. Del segundo, sin embargo, sí se nos da un nombre, Lázaro, que en su raíz hebrea significa “Dios cuida”. Este está echado en el portal del hombre rico (lo que nos asegura que se toparía con él cada vez que saliera y entrara de casa). Está cubierto de heridas y desea, no participar en los banquetes diarios del hombre rico, sino tomar lo que sobra de su mesa, con lo cual se saciaría.
Encontramos ya una importante enseñanza.........