Siempre he tenido claro que soy lo que he vivido y que vivo sobre los recuerdos que he podido ir acumulando a lo largo de mi existencia, la mía propia y la que me han podido dejar en herencia inmaterial mis antecesores, especialmente aquellos que me han precedido en anidar en la misma ciudad en la que uno ha decidido permanecer para sentirla y no solo para habitarla. Vivimos con los recuerdos que habitan en nuestra memoria colectiva y habitamos en la ciudad en donde se han ido amontonando, pero que a veces se ocultan entre los pliegues y vericuetos de nuestra frágil memoria, que precisa de impulsos y de motivaciones exteriores para que puedan ser recolocados y traídos momentáneamente a nuestra caprichosa conciencia. La memoria es una planta olvidadiza que requiere ser refrescada con el agua de nuestras referencias, si queremos evitar que puedan acabar por marchitarse sus efímeras flores.
Obras en Padre Claret.Por esta razón, los segovianos estaremos en deuda permanente con el monumental acopio fotográfico contenido en los archivos de Manuel Riosalido, que a modo de un folletín por entregas se vienen dando a conocer en la sede de la Fundación Rodera Robles, con gran acierto de sus responsables a quien deberemos hacer extensivo también nuestro sincero agradecimiento. Son la serie de fotografías de este prolifero autor, las que nos recuerdan lo que fuimos y en los que nos hemos ido convirtiendo.........