Mucha gente piensa, incluso entre los cristianos, que la Iglesia sería más atractiva si cambiara su lenguaje. Debería adaptarse más al gusto de la sociedad que se califica de moderna y de progreso. Esto no es nuevo. Por lo que afecta a los papas, san Pablo VI, por ejemplo, dejó de ser moderno cuando rechazó la píldora anticonceptiva; y de san Juan Pablo II, se calificaba de progresista su doctrina social y de integrista la moral sexual. En cuanto al papa Francisco es interesante ver cómo se manipula su enseñanza para, según quienes lo citan, presentarle como avanzado o como conservador. Nada nuevo bajo el sol. El lenguaje de la Iglesia —en cuanto a cuestiones esenciales— siempre ha sido discutido.
Es obvio que la Iglesia debe formular la fe y las exigencias de la moral atendiendo a sus destinatarios, pero sin olvidar que ya san Pablo decía a los suyos que debía tratarlos como lactantes porque no eran capaces de........