Fray Sebastián de Arévalo y Torres, obispo que fue de Mondoñedo (Lugo) y El Burgo de Osma (Soria), nació en la Nava de Coca el 23 de noviembre de 1619 y representa para este pueblo, que desde el año de 1773 pasó a denominarse Nava de la Asunción al recibir el título de Villa, una figura muy popular que ha permanecido viva a través del tiempo. Cada 20 de enero, y desde 1690, se le dedica una misa en su memoria en agradecimiento por los detalles que mantuvo con este pueblo al construir en 1683 la fuente del Caño Viejo o del Obispo y dejar para su mantenimiento una donación de 15.000 reales de vellón, más el obsequio en 1689 de un valioso conjunto de candelabros de plata, unas varas de ciriales y una preciosa cruz con campanillas de plata. Estas últimas piezas se encuentran desaparecidas desde hace muchos años.
Portada de la Sinodal convocada por el obispo Sebastián en Mondoñedo en 1679.Sus orígenes naveros proceden de una importante familia de hijosdalgo que se inician con su bisabuelo Sebastián de Arévalo, descendiente de tierras de Arévalo, y sus abuelos Diego de Arévalo y Potenciana de Torres (descendiente de Cuéllar), y continúan con su padre Sebastián de Arévalo (1573-1628), quien se caso en 1609 con Eufrasia de Torres, para enviudar a los 6 meses y 18 días y años después casarse con María Ramírez, natural de Olmedo e hija de la acomodada familia José Ramírez y Ana Cubel. Matrimonio que en el corto tiempo que duró, ya que María Ramírez falleció en 1623, tuvo seis hijos y una hija, el primero nació el año 1613 y el último 10 meses antes de su fallecimiento. De ellos, dos recibieron el nombre de Sebastián, uno no llegó a cumplir el año y el otro, el que llegó a obispo, recibió este nombre en memoria de su hermano.
Sebastián de Arévalo y Torres quedó huérfano poco antes de cumplir los 9 años, la buena posición económica de la familia y las muestras que debía dar de inteligencia debieron incidir en que le enviaran a estudiar Lengua Latina al convento San Francisco de Segovia, perteneciente a la orden de los padres franciscanos. Orden religiosa de la que toma el hábito al influirle profundamente y que practica con su comportamiento humilde, bondadoso y caritativo durante toda su vida. A partir de su estancia en el convento franciscano se muestra como un alumno aplicado e inicia una carrera ascendente en lo que será su formación religiosa y designación de cargos importantes, como describen las notas biográficas que sobre él escribe el historiador y canónigo Juan Loperráez Corvalán y que anota el sacerdote Francisco Sanz de Frutos en 1867 en el inventario parroquial de 1877 para conocimiento de los feligreses naveros.
Catedral del Burgo de Osma.Del convento franciscano pasó a la Universidad Complutense de Alcalá de Henares donde terminó estudios en noviembre de 1648 como alumno aventajado del Colegio Cisneriano de San Pedro y San Pablo. Después pasó a ser profesor de Artes en la localidad alcarreña de Atienza, para posteriormente explicar Artes y Teología durante 16 años en la Universidad de Valladolid y otros centros de la Orden franciscana donde también impartió clases de idiomas. Fue guardián de Ávila y presidente “in capite” de Almazán (Soria) y llegó a formar parte de la Inquisición como Calificador del Santo Oficio y de Suprema y General Inquisición, en la ciudad vallisoletana. Tiempo después pasó al convento de las Descalzas Reales de Madrid, durante el periodo de ocho años, y asumió la misión de ser predicador del rey Carlos II. Una trayectoria personal que le relacionó con la real nobleza, de ahí que la reina Mariana de Austria le propusiera para obispo de........