Uno de los hierros más emblemáticos de la cabaña torista española volvió a anunciarse en Riaza. La divisa de Dolores Aguirre regresó después de lidiar hace unas semanas un envío en Bilbao, que resultó una de las corridas de la temporada. Repetir, en un porcentaje muy alto, es jugársela, pues las comparaciones son la tela de juicio. En esta ocasión, llevó a la villa riazana un serio y variado encierro, que llamó la atención por su presentación y que fue picado mayormente en exceso dada la entereza de sus ejemplares. Hubo novillos complicados y alguno que se dejó y, entre esa tesitura, destacó la actitud de Miguel Andrades, que paseó el único trofeo de la tarde, con su concepto de tirar la moneda y apostar por el astado salga bueno, malo o complicado.
Pase pecho de Miguel Andrades. / A.MUn novillero inmerso en una particular carrera que recorre citas escarpadas. No ha fallado en ningún puerto torista esta temporada y no podía faltar Riaza, donde demostró entrega y compromiso al servicio de los novillos y del público. Con conocimiento. Desde que salió el primero de su lote, ofreció un variado concepto capotero para después colocar tres pares de banderillas con vistosidad. El utrero, que entró hasta en tres ocasiones al peto del picador de mala manera, permitió un mayor juego que sus hermanos, con........