Venía de triunfar en dominio francés. De Dax a Cantalejo con el aura de un torero maduro, entonado y con confianza. Jesús Martínez ‘Morenito de Aranda’ volvió al coso briquero para dejar una faena maciza con aroma a Ribera del Duero. Solo los aceros redujeron el premio a una oreja. Mismo premio que cosecharon el torero brasileño vecino de Cantalejo, Igor Pereira, que mostró estar más hecho, y el novillero sepulvedano Eusebio Fernández, que ofreció un concepto clásico que caló entre cierto sector del público. En el apartado ganadero resultó un festejo con matices: toros buenos, uno bizco, otro complicado, de vuelta al ruedo y uno que llamó la atención de salida, que se quedó sin ver al partirse un pitón. Un pantone ganadero el de Domingo Hernández.
El primero de la tarde acusó algún tipo de problema de visión por el ojo izquierdo, una circunstancia que condicionó el transcurso de la lidia. Salía abierto del capote del ribereño y en la muleta pronto buscó tablas. Morenito de Aranda intentó cuidarlo y centrar su actuación por el pitón derecho, pero el........