La España indignada
El Congreso de los Diputados se ha dividido en dos por la toma en consideración de la futura e ignominiosa Ley de Amnistía. Una división favorable a los mismos que, en su día, votaron la investidura del ausente Pedro Sánchez. La decisión está basada en el falso dogma por el que este Gobierno, o cualquier otro que pueda recomponerse de similar composición, emana de un pueblo español dividido en dos facciones: progresista y conservadora. Eso es la “Tierra Firme” que pisa Pedro Sánchez como si caminase por una de las dos calzadas de una autopista: la de ida, que es la suya y la de Puigdemont y la de vuelta que nunca será válida para avanzar hacia el futuro. El pueblo español suponen que está dividido en dos mitades, una opuesta a la otra, casi empatadas. En este juego bastan unas concesiones desde el poder para romper el empate en favor de quien manda. Pero no es cierto. Quien está dividido en dos partes es solo el Congreso de los Diputados, gracias a un sistema que permite acumular grupos contradictorios con........
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