La falta de conciencia bioética sobre los recursos naturales ha despojado a la naturaleza del cuidado y protección que amerita para su conservación y restauración.

El exceso de sobradez de los seres humanos sobre la naturaleza a quien se le mira como ofertante de frutos y servicios( y no como parte integrante de la vida para no destruir los entornos donde está funcionando), esta visión se traduce en un desdén que elude la conservación y cuidado cada vez que las poblaciones hacen uso de los beneficios que la naturaleza presta. Y cuando se llega a los excesos la situación empeora.

El extractivismo en la minería y otras actividades económicas traspasan los límites porque se llega a la destrucción sin calcular los límites de la explotación, acabando con los entornos geográficos, demoliendo la biodiversidad.

El derecho positivo vigente y sus avances respecto al derecho ambiental, no se puede negar, es la plataforma para el uso racional de los recursos naturales, pero la falta de ejecución de medidas correctivas hace nula la justicia ambiental administrativa.

Nuestro derecho ambiental hasta ahora en también antropocéntrico, gira con primacía para que los seres humanos usen la naturaleza y esta no tiene derechos.

O sea, el tratamiento de la naturaleza es de objetos apropiados, a disposición de los dueños de las tierras, las fincas, etc, con un manejo no técnico, de los suelos, que inclusive desconocen o no respetan la función social y ecológica de las propiedades.

Y si se trata de agroindustrias, con un manejo de aprovechamiento al máximo para producir las ganancias de los explotadores de los suelos, a veces, de alquiler, como sucede en las plantaciones de la caña de azúcar.

En general, no es una relación bioética, y menos de reconocimiento de los derechos que los ecosistemas tienen para que no sean depredados.

Así como hasta ahora ni siquiera existe una gobernanza sobre el agua( concurrencia de autoridades ambientales para evitar el agotamiento y contaminación de las aguas), menos existe una gobernanza sobre los ecosistemas porque aún muchas entidades administrativas no aplican ni han entendido que es el SINA .

Reconocer el valor de la naturaleza otorgándole derechos es la única forma de no extinguirla, si así se hiciera, en contraprestación se disminuirían los desastres, y se acoplarían las conductas para la adecuación al cambio climático, se produciría el decrecimiento necesario para evitar el extractivismo, se respetarían los derechos humanos; y el respeto por la flora, la fauna, la biodiversidad sería más armónica pudiendo cumplirse los ciclos que cada ser viviente necesita.

El derecho ambiental será más efectivo, claro si se aconductan los que no dejan cumplirlo, los depredadores , y los corruptos que reciben para que los otros puedan acumular.

QOSHE - Bioética y Naturaleza - Alberto Ramos Garbiras
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Bioética y Naturaleza

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23.09.2023

La falta de conciencia bioética sobre los recursos naturales ha despojado a la naturaleza del cuidado y protección que amerita para su conservación y restauración.

El exceso de sobradez de los seres humanos sobre la naturaleza a quien se le mira como ofertante de frutos y servicios( y no como parte integrante de la vida para no destruir los entornos donde está funcionando), esta visión se traduce en un desdén que elude la conservación y cuidado cada vez que las poblaciones hacen uso de los beneficios que la naturaleza presta. Y cuando se llega a los excesos la situación empeora.

El extractivismo en la minería y otras actividades económicas traspasan los límites porque se llega a la........

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