La oficina no es la única solución

Emma Jacobs

¿Recuerdan los buenos viejos tiempos? ¿Esa época cuando los pasillos de las oficinas bullían con el sonido de las ideas que rebotaban entre los ejecutivos superiores y los reclutas junior? ¡Y esos encuentros en las salas de descanso! Nuevos productos concebidos en el tiempo que tardabas en hervir el agua para el café. Y, claro, sin mencionar todo el aprendizaje que se llevaba a cabo. En el pasado, un nuevo empleado solo tenía que sentarse a menos de cinco metros de un colega experimentado para absorber todo el contenido de su cerebro.

Esa nostalgia prepandémica infundió la visión expuesta esta semana por Andy Jassy, director ejecutivo del minorista Amazon, quien ordenó el regreso a tiempo completo a la oficina. En un memorando, dijo que la medida ayudaría al personal a “aprender, modelar y practicar”. También “fortalecería nuestra cultura”, al tiempo que haría que cosas como las tormentas de ideas fueran “más simples y efectivas”.

Las demandas para que los trabajadores regresen a tiempo completo están basadas en una visión color de rosa del trabajo presencial.

No quiero arruinar la fiesta de nadie. Pero en la antigüedad (hace cinco años) los empleados también se quejaban del aislamiento en los cubículos, la falta de formación y la débil productividad. ¿Recuerdas las oficinas los viernes? No, yo tampoco. ¿Te acuerdas de las reuniones fuera de la........

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