Un hombre tras la masificación del gas en la producción ceramista
Por: GERARDO ALDANA GARCÍA
En 1998, desde el entonces Instituto Huilense de Cultura -IHC, invité al maestro ceramista Alirio Parra Vega a que exploráramos la tecnología de hornos refractarios eléctricos para la cocción de piezas cerámicas en Pitalito. Este hombre que ya tenía importantes conocimientos no solo en el dominio de diversas técnicas aplicadas a la producción de artesanías desde los oficios de alfarería y cerámica era al tiempo conocedor de la tecnología de cómo hacer un horno eléctrico cerámico.
La motivación nacía de la necesidad de lograr un mayor grado de cocción de las piezas, regularmente asadas en hornos de leña que lograban temperaturas irregulares entre 350 y 600 grados centígrados, lo que hacía que la calidad del producto en términos de consistencia no fuese la adecuada para los mercados que se pretendía atender.
Además, las pérdidas de cada quema podían representar porcentajes que podrían llegar hasta un 30%, esto en razón a que la temperatura circundante en el interior del horno no era uniforme. En estas condiciones la tecnología del horno eléctrico........
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