Por: Felipe Rodríguez Espinel
Mientras escribo estas líneas, sentado en mi escritorio, no puedo evitar pensar en cómo las decisiones que se toman a miles de kilómetros, en los pasillos del poder en Washington, afectarán la vida cotidiana de millones de colombianos. No es una simple especulación, pues lo vemos en nuestros bolsillos, en nuestras exportaciones de café, en las remesas que reciben tantas familias, e incluso en las decisiones que toman nuestros agricultores sobre qué cultivar.
La relación entre Colombia y Estados Unidos siempre ha sido compleja, como ese familiar lejano pero influyente que, nos guste o no, tiene un peso importante en las decisiones familiares. Con el gobierno de Gustavo Petro, esta dinámica se ha vuelto aún más intrincada. Ya no somos........