Cuando en La Puerta, los indígenas, revocaron a Carlos III y aceptaron a Túpac Amaru II, como legítimo Rey de América, 1780 | Por Oswaldo Manrique

Por Oswaldo Manrique.

Túpac Amaru, sol vencido,

desde tu gloria desgranada

sube como el sol en el mar

una luz desaparecida.

(Pablo Neruda. Canto General).

Por este mes de noviembre, se cumplen 245 años, del estallido de la extraordinaria insurrección indígena suramericana comandada por Túpac Amaru II, en 1780, que tuvo resonancia en el pueblo indígena de La Puerta (ya lo llamaban así), ante el cruel régimen eclesial-monárquico (tiempo antes de la rebelión de José Leonardo Chirino), y que al año siguiente, su efervescencia dará nacimiento a la conocida Rebelión de los Comuneros del Socorro, que llegó en marcha pacífica y todavía retumba en nuestro valle y páramos, como huella de su voluntad libertaria.

En Venezuela, en 1777, la economía colonial, sufrió fuertes e interesantes cambios, por la creación de la Capitanía General de Venezuela y comenzó a operar también la Intendencia del Ejército y Real Hacienda, con sede en Caracas, para aniquilar el contrabando y para la recaudación de los impuestos, entre ellos: tributos de indios, entrada y marca de negros, mesadas eclesiásticas, composición de tierra, juego de naipes, sal, la producción y comercialización de aguardiente, chimó y tabaco, el pago de la media anata por producción, las pulperías, las alcabalas y almojarifazgos en los puertos para las mercaderías. Para el control, la Monarquía española estableció los Estancos, que aprovecharon sectores privilegiados para monopolizar la producción y comercialización de esos rubros, destruyendo los alambiques de las personas de menos recursos, cuya producción era muy alta en la zona de la Cordillera de Trujillo. El tabaco y el chimó solo lo podían cultivar y vender en los sitios que autorizaba el Intendente, productos de consumo doméstico de los pobladores, quienes se sintieron afectados y molestos por estos impuestos para sostener a la Corona española. Coincidiendo con lo que ocurría este año 1780 en el Perú, cuya gente manifestó su franco rechazo a dicha política económica impositiva, iniciándose una rebelión indígena, jefaturada por el Inca José Gabriel Túpac Amaru II.

Según el historiador Alberto Flores Galindo, la rebelión de Túpac Amaru II, debe considerarse la más radical y excepcional de todas las sublevaciones indígenas. Debemos complementar que, como movimiento de restauración político, social y cultural, tenía la fuerza ideológica de un programa de lucha de liberación, y contaba con un músculo ejecutor: un ejército indígena. En lo esencial, el programa que se trazó Túpac Amaru II, el mismo autor lo resume en los siguientes puntos: el primero: : suprimiendo los corregimientos y los repartos. La ruptura frontal de dependencia con el monarca español y sus virreyes y gobernantes.

Como segundo punto: La restitución del imperio incaico. El nuevo modelo de gobierno, estaría en poder conjunto de Indígenas, blancos criollos, mestizos y negros, aboliendo las castas, una auténtica revolución social. Y, tercero: (Alberto Flores Galindo. Buscando un Inca, Identidad y Utopía de los Andes. Editorial horizonte. 97 a 124. Lima. 1994). Un programa de lucha, bastante atractivo, inclusive para los blancos criollos.

Ataviado con su blanca túnica de algodón, y sombrero de pluma de paují y guacamayas, incensando con Acharú, se presentó Chegué el sumo sacerdote tribal, que recién había bajado del Páramo de las Siete Lagunas, y alzando ambos brazos hacia el cielo, exclamó:

¡Istats-stimots-nichí! Los saludaba en su lengua indígena, “Muchos Timotos hay aquí”.

El viejo cacique Pitimay, luciendo su manta blanca, con chaquetilla de colores y su sombrero de 4 plumas, estuvo rodeado de varios principales del Señorío Tribal, entre........

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