04 de noviembre 2024 - 03:06
Este fue el título elegido, en 1902, por Blasco Ibáñez para dar cuenta de ciertos problemas sociales enclavados en su tierra valenciana. Y consiguió articular, a partir estos dos elementos simbólicos presentes en el título, una de sus novelas más apreciables. Ha pasado más de un siglo, y cañas y barro han mostrado que esconden la misma rebeldía de entonces. Elementos convertidos en naturaleza indómita se burlan de los avances del progreso y del esfuerzo humano destinado a someterlos. Ver hoy esas imágenes –en las que, de nuevo, cañas y barro abandonan campos y huertos para adueñarse de manera salvaje de las calles de los pueblos– ha sido toda una lección que habría que saber interpretar. Por eso, en estos negros momentos, tal vez ayude a reflexionar sobre esta desgracia, la lectura de las grandes novelas valencianas de Blasco Ibáñez. Junto a Cañas y........