Matar una persona no es difícil. ¡Tantas formas existen! Desde las más burdas hasta las creativas. Él puede dar fe de eso. El cordel por el cuello y apretar con fuerza sin perder el tino, por ejemplo. El filo de la sevillana también sirve, si el corte se sabe hacer en el lugar justo, donde se encuentra a la muerte con toda certeza. Un buen golpe por la cabeza con un objeto macizo: piedra o madera. La primera vez fue la más temida, por supuesto. Complejo, porque pensaba que no podía ser así como así. La vida se respeta hijo, le dijo quien lo crió. Por eso aquella ocasión se preguntó si era posible. Pero después, una y otra vez se descubre que no solo es posible, sino, además, se puede vivir con eso y vivir de eso.
Lo primero que aprendió hacer cuando salió a pescar con la familia era poner la lombriz en el anzuelo. Fue su padre quien le enseñó. Mira —le dijo— el anzuelo con la punta hacia abajo. Tomas la lombriz por la cabeza. Que no te importe si se enrosca con fuerza o si quiere defenderse. Ella te pertenece, eres mucho más fuerte que ella, así........