24 de diciembre 2024 - 10:17
ERA mejor, mucho mejor, en los tiempos remotos. Era más natural, o eso pensamos. Entonces, cuando el mundo y los hombres eran vírgenes en muchos aspectos. Se nombraba a las cosas, a los accidentes geográficos, a las ciudades, a las vías y calles por razones evidentes: aquello era el Cabo de las Tormentas, esto el río Grande y aquella la calle Ancha. Los pueblos se apellidaban por cosas como el Río Seco o las Altas Torres; Cádiz debía su primitivo nombre a ser una ‘ciudad amurallada’; los lugares se denominaban por su aspecto, ‘castillo rojo’ y cosas así… Era casi como en la Macondo original, en la que “el mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas........