19 de noviembre 2024 - 03:04
Trump ha ganado sobradamente las elecciones de Estados Unidos, y a sus millones de votantes les ha parecido una nimiedad que el presidente electo sea tan bravo y disoluto para tocar culetes a discreción como para animar a la turba a asaltar el Capitolio, con algún pecholobo tocado con cabeza y cuernos de búfalo entre otros especímenes. Es este un ejemplo imperial de cómo va viéndose claro que cada vez cuentan menos las barrabasadas de quien ostenta el poder, las trolas historicistas de las patrias del odio o la corrupción. Estos vicios ya no son tales, lo serían otrora, y no tienen por qué mermar el futuro electoral de un político. Al contrario: renta el mamarrachismo y la bravuconada, la mentira cochina, e incluso el delito. Va a........