Independencia judicial, divino tesoro

La política española se desarrolla en el seno de una sociedad sin referentes democráticos, que vive al margen de sus instituciones y, como alternativa, utiliza la calle y la algarada. Los ciudadanos nos sentimos indefensos ante unos políticos que nos mienten y manipulan, ocultándonos la verdadera realidad de lo que hacen y acuerdan; y somos rehenes de unos medios de comunicación -el cuarto poder- politizados y sectarios, sede de tertulianos más politizados y sectarios todavía, que se gritan e interrumpen continuamente como reflejo y expresión de todos los males de nuestra sociedad. Todos afirman que este país es una democracia -algunos se atreven a añadir que avanzada- y un Estado de Derecho, cuando es evidente y se pone de manifiesto continuamente que, cuanto menos, es una democracia precaria y un Estado de........

© Diario de Avisos